- En el 2010 lo más fuerte de la guerra fue contra Mario Marín
A un mes de que concluyan las campañas políticas y en Puebla (así como en otras 11 entidades) haya la elección de un gobernador por 22 meses, los dos más fuertes contendientes han entrado a un callejón sin salida en la guerra de lodo en la que ya salieron embarrados los familiares de los candidatos de PRI-PVEM-PES, así como el de la coalición “Sigamos Adelante”.
Lo delicado del asunto es que en los próximos días y semanas seguirá la guerra sucia y con mayor intensidad, lo que pudiera generar el desencanto de los electores, pero sobre todo de ese 30 o 35 por ciento de los que han dicho que no saben por quién votarán.
Esta situación propiciaría que al final de la contienda, el 5 de junio, sólo acudan a las urnas las estructuras y los militantes comprometidos con del PAN y sus coaligados y los del PRI y sus dos aliados.
Blanca Alcalá Ruiz ha sido y seguirá siendo atacada no sólo en las conferencia de prensa y en los medios afines al poder en Puebla, sino en las redes sociales y donde más le ha pegado: En los spots del Instituto Nacional Electoral -INE- y que están pautados en radio y televisión y que finalmente pueden influir en el electorado.
La contra ofensiva del PRI ha sido en los medios nacionales (La Jornada y Reforma) porque saben que la radio, televisión, la mayoría de los diarios y paginas o periódicos digitales no atacarán a José Antonio “Tony” Gali Fayad, por el convenio que tienen con el gobierno estatal.
La abanderada del PRI hoy más que nunca debe cambiar la estrategia si quiere minar al alfil del Moreno Vallismo, que si bien es cierto las notas en los medios nacionales le afectó, hubo contención en los medios locales que no retomaron esa serie de reportajes.
Alcalá Ruiz, llamó a los candidatos al gobierno a hacerse el anti dumpin, incluido a Gali. Lo mismo hizo al pedir que aperturen sus casas a la sociedad para que muestren como viven.
Estos rounds de ataques al candidato del PAN si lo minan, pero mínimamente, y no es lo suficiente para generar una desbandada de simpatizantes o que los electores se vuelquen a las urnas para emitir un voto de castigo.
Desde el PRI nacional, desde la SEGOB y probablemente desde Los Pinos deben analizar y actuar en consecuencia a la guerra de lodo, pero sobre todo saber que la estrategia debe tener otro derrotero.
Sólo deben recordar como el actual habitante de Casa Puebla derrotó al PRI, al gobernador Mario Marín Torres y a su alfil Javier López Zavala en las elecciones de julio de 2010.
Atacando todos los lados “flacos” del entonces mandatario.
Nunca se cansaron de golpear, ensuciar, vociferar que debían acabar con el Marinismo y todo su séquito.
Sacar al Marinismo del poder.
Pedían que los electores “abrieran los ojos”.
Dijeron: “Lo mejor está por venir”.
Que gobernador no pone gobernador.
Señalaron que no mas corrupción, que habría transparencia, atención al campo y un montón de etcéteras.
Hoy hay inconformidad, malestar y afrentas que pueden cobrarles a los Moreno Vallistas, aunque el abanderado panista diga que no pertenece a este grupo.
El se está desligando.
Quienes darán, el PRI o el PAN, el paso para convencer al 35 por ciento del electorado que aún no decide por quien votar.
O tal vez no quieren decir por temores y a la hora de la verdad salgan a dar su punto de vista en las boletas electorales.
Sólo hasta el día de las elecciones se sabrá la verdad.
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